Me hace falta el impulso de todos los días, ese 'no sé qué' que hace la vida menos monótona y aburrida. Extraño algo, no recuerdo que era ni como lo perdí. Fui bastante torpe un tiempo y equivoqué la razón, para cuando volvió el juicio a mi cabeza, ya era tarde: había olvidado como usarlo. Olvidé pensar y dejé de sentir; confundí la noche y el día, el odio y el amor.
viernes, 16 de octubre de 2009
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