Creo que la impotencia de no saber qué decir en el lugar y momento adecuado aumenta mi angustia, porque cada vez que voy a hablar siento un miedo tremendo a quebrar las cosas y siempre al fin, terminan enfriándose. Grave es que así se sucedan porque al terminar todo lograremos ser estatuas de sal (?)
viernes, 18 de noviembre de 2011
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